La belleza y esplendor de tu gloria

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Buda: No aceptes mis palabras solo por fe, creyéndolas solamente porque las digo; debes de ser como el analista que compra oro, que corta, quema, y minuciosamente examina su producto para cerciorar su autenticidad, solamente acepta lo que pase la prueba, probando ser de utilidad y beneficio en tu vida.

Una batalla es la competencia más magnifica a la que un ser humano puede entregarse; trayendo a la superficie toda excelencia y descartando todo lo mediocre, por lo que tú eres el soldado de tu vida con una batalla que pelear; y en el proceso debes amar a tus enemigos porque ellos magnifican tu grandeza. Entonces, preguntas, ¿cuál es el blanco a destruir? El blanco es tu ego y su posición está en tu mente.

Este escrito no es el producto de un maestro religioso, pero sí de una humilde trabajadora de la luz, por lo que tienes todo el derecho de creer estas palabras solo si prueban ser de beneficio para ti. Pero ten por seguro que su esencia te guiará por un proceso de despertar de conciencia que proviene desde lo más profundo de tu ser; y te conlleva a la conclusión educada de que si tu eres el conductor de tu vida o la vida te conduce al destino final de su preferencia.

La mayoría de las doctrinas espirituales enseñan que en tu vida espiritual, después de la transición de dejar tu cuerpo humano, debes de ir hacia la luz para ser uno con el Creador. Sin embargo, el único obstáculo entre tú y la luz es tu ego. El ego opera basado en el principio de la realidad, o lo que tú crees ser realidad, todo lo que tú eres fue creado por tus pensamientos, en tu mente, antes de que se materializara en realidad. Por lo tanto, tu desafío es destruir tu ego, por medio de conectar tu esencia a los valores espirituales a los cuales aspiras.

Tu batalla consiste en crear una revolución interna para el bienestar del propósito de tu alma, para conquistar a tu ego y reconocer tu verdadera identidad en el mundo espiritual, debes navegar a través de las profundidades de tu interior, despojándote de la necesidad de alimentarte de solo lo material, para así rescatar tu ser interior. Por seguro, en este proceso no dejarás de ser humano o imperfecto, pero podrás crear una mejor realidad para ti, tendrás el poder para transcender tus debilidades y comportamientos disfuncionales, o por lo menos, reconocerlos y aceptarlos para trabajar en ellos sin la influencia de tu ego; y esa ya es la mitad de la batalla ganada.

La otra mitad de la batalla traerá a la superficie lo mejor de ti, cuando aprendes a vivir con la noción de que estás renaciendo y transformándote en una nueva persona, y tu realidad está basada en un nuevo proceso de identidad libre del racionamiento del ego. No estás solo en esta batalla, el Altísimo está contigo a cada paso de la misma. Y una vez que el blanco ha sido eliminado: tu ego, podrás apreciarte a ti mismo con toda la belleza y esplendor de tu gloria.
Este escrito es propiedad y derechos reservados de su autora….Diana Benavides.

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